El fin de la era de productos chinos muy baratos ya llegó
Un artículo reciente del periódico The Economist advierte que los productos chinos paulatinamente están dejando de ser tan baratos y ganan en sofisticación. Asegura que China ayudó durante décadas a mantener baja la inflación global, y que ningún país alternativo para producir permitirá mantener ese mecanismo. Afirma que “ahora los precios comenzarán a subir 5% o más al año, sin un final a la vista”.
«Es el fin de los productos baratos», dice Bruce Rockowitz. Es el CEO de Li & Fung, compañía que trae quizá más ropa y productos hogareños desde Asia que cualquier otra. En las áreas de baja tecnología en las que se especializa Li & Fung, la firma maneja según se estima el 4 % de las exportaciones chinas a Estados Unidos y una porción considerable de las exportaciones a Europa. Tiene operaciones en varios países de Asia oriental. Cuando Rockowitz dice que la era de producción asiática de bajo costo está llegando a su fin, la gente escucha.
Sostiene que la manufactura asiática atravesó una cantidad de fases, cada una de las cuales duró alrededor de 30 años. Cuando China estaba aislada bajo Mao Tsé-tung, compañías en Hong Kong, Taiwan y Corea del Sur se volvieron expertas en producir cosas. Cuando China se reabrió a fines de los 70, estos operadores asiáticos experimentados convergieron sobre el sur de China.
Con acceso casi libre a la tierra y la mano de obra, más un centro portuario y logístico eficiente en Hong Kong, comenzaron a producir cosas aún más baratas.
En los siguientes 30 años los fabricantes en China ayudaron a mantener a raya la inflación global. Pero esa era ahora se acabó, dice Rockowitz. Los salarios chinos están subiendo aceleradamente. Una oleada de demanda aumentada, especialmente de China misma, está alimentando el ascenso de los precios de las commodities.
Los fabricantes pueden encontrar cierto alivio a esta presión llevándose la producción a otras zonas, tales como China occidental, Vietnam, Bangladesh, Malasia, la India e Indonesia. Pero ninguno de estos nuevos emplazamientos contendrá la inflación como lo hizo el sur de China ni puede ofrecer las mismas escala y eficiencia.
Nada puede reemplazar el milagro chino. Los precios ahora comenzarán a subir 5% o más al año, sin un final a la vista. En lo que va del año, dice Rockowitz, los precios subieron 15% en promedio.
Los fabricantes de algunos otros rubros ven las cosas de otro modo. El 31 de mayo se inauguró la feria anual Computex a una hora de vuelo, en Taipei. Los hoteles estaban repletos. Las compañías de tecnología más calientes del mundo, tales como Apple, estaban ausentes. Pero casi 2000 vendedores aparecieron para acaparar aparatejos baratos e innovadores. Llegaron en masa las firmas de China continental. Muchas provienen de las mismas zonas de China conocidas en otros tiempos por textiles y juguetes baratos. Con aliento del gobierno, el cinturón que va de Shenzhen a Guangzhou ha estado desplazándose a rubros más sofisticados, tales como la electrónica.
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Traducción: Diario La Nación, Buenos Aires.
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