Un policía napolitano revisa los rollos de materia prima incautados

La policía tributaria de Nápoles incautó unos 4.500 metros cuadrados de cuero y telas que reproducen la marcas Louis Vuitton y Fendi, por un valor comercial de aproximadamente 2 millones de euros.

A fines de mayo pasado los policías interceptaron un camión con remolque que llevaba 107 rollos de cuero y tela: 97 con la marca Louis Vuitton y 10 con Fendi. Además de la incautación del material, los policías financieros localizaron al destinatario, un napolitano de 68 años con una historia en la falsificación, que fue denunciado a las autoridades judiciales por el delito de recibir bienes robados.

Según los investigadores, las mercancías se entregarían posteriormente a numerosos talleres clandestinos del gran Nápoles, para elaborar falsificaciones.

Las autoridades italianas calcularon que, una vez vendidos esos productos, los falsificadores  habrían obtenido 4 veces la inversión inicial neta de la compra y de la mano de obra empleada.

En realidad la ventaja esencial que obtienen los delincuentes es la venta rápida y segura de los productos, dada la increíble demanda que gozan las falsificaciones entre la población de clase media. Muchos países que no son muy activos a la hora de controlar tanto la fabricación como la venta de productos piratas. Se sabe que la comercialización puede ser detectada porque se realiza generalmente en locales a la calle, por internet o directamente en la vía pública.

También la policía judicial, pero esta vez la del puerto de Brindisi, informó que a comienzos de junio interceptó una  carga de 12.000 pares de zapatos falsificados. Estos, que llevaban el «Made in Italy», con una bandera tricolor reproducida en las cajas, fueron capturados por la Guardia de Finanzas.

Son zapatillas, zapatos y sandalias producidos en Bulgaria, que había sido escondidos en un camión de carga arribado en un buque procedente de Grecia. Todo el cargamento fue confiscado mientras que el conductor, de nacionalidad búlgara, fue denunciado a la autoridad judicial.

La policía tributaria de Nápoles incautó unos 4.500 metros cuadrados de cuero y telas que reproducen la marcas Louis Vuitton y Fendi, por un valor comercial de aproximadamente 2 millones de euros.

A fines de mayo pasado los policías interceptaron un camión con remolque que llevaba 107 rollos de cuero y tela: 97 con la marca Louis Vuitton y 10 con Fendi. Además de la incautación del material, los policías financieros localizaron al destinatario, un napolitano de 68 años con una historia en la falsificación, que fue denunciado a las autoridades judiciales por el delito de recibir bienes robados.

Según los investigadores, las mercancías se entregarían posteriormente a numerosos talleres clandestinos del gran Nápoles, para elaborar falsificaciones.

Las autoridades italianas calcularon que, una vez vendidos esos productos, los falsificadores  habrían obtenido 4 veces la inversión inicial neta de la compra y de la mano de obra empleada.

En realidad la ventaja esencial que obtienen los delincuentes es la venta rápida y segura de los productos, dada la increíble demanda que gozan las falsificaciones entre la población de clase media. Muchos países que no son muy activos a la hora de controlar tanto la fabricación como la venta de productos piratas. Se sabe que la comercialización puede ser detectada porque se realiza generalmente en locales a la calle, por internet o directamente en la vía pública.

También la policía judicial, pero esta vez la del puerto de Brindisi, informó que a comienzos de junio interceptó una  carga de 12.000 pares de zapatos falsificados. Estos, que llevaban el «Made in Italy», con una bandera tricolor reproducida en las cajas, fueron capturados por la Guardia de Finanzas.

Son zapatillas, zapatos y sandalias producidos en Bulgaria, que había sido escondidos en un camión de carga arribado en un buque procedente de Grecia. Todo el cargamento fue confiscado mientras que el conductor, de nacionalidad búlgara, fue denunciado a la autoridad judicial.

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