Alberto Sofía recibió recientemente una distinción a su trayectoria otorgada por la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC)

Recientemente falleció a los 82 años el tecnólogo argentino Alberto Sofía, investigador y doctor en química un nombre insoslayable en la actividad científica vinculada al cuero en Argentina y la región. Durante medio siglo lideró el Centro de Investigaciones Tecnológicas del Cuero (CITEC) un proyecto pionero y singular, que merced a su tesón y generosidad proyectó su influencia en toda América Latina.

Tras cursar la etapa secundaria en el colegio Albert Thomas, y egresar como parte de la promoción 1952 de técnicos químicos, Alberto Sofía ingresó en la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la ciudad de La Plata. En 1961 se doctoró en Química, con una tesis que dos años después mereció el premio “Domingo Faustino Sarmiento” a la mejor de la temporada.

Para entonces, ya trabajaba en el Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica (LEMIT), dependencia de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia en la que coordinó el departamento de cueros.

En 1962, integró el primer plantel del flamante Centro de Investigación de Tecnología del Cuero (CITEC), del que fue nombrado director en 1973. En 1979, en un acto que se celebró en los jardines del palacio parisino de Versalles, se convirtió en el primer latinoamericano en ser electo presidente de la Unión Internacional de Asociaciones de Químicos y Técnicos del Cuero (IULTCS en su sigla inglesa).

Vinculado con los principales referentes de la industria curtidora, de consulta obligada a la hora de implementar nuevas aplicaciones y procesos, recorrió buena parte del Continente entre 1973 y 1985 en procura de replicar el modelo del CITEC en una decena de países en vías de desarrollo, formando jóvenes profesionales de la mano de programas auspiciados por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Destacado conferencista, Investigador Principal del CONICET entre 1961 y 2006, publicó casi un centenar y medio de artículos y ensayos, principalmente referidos al control de calidad y acabado de los cueros, en revistas de alcance local y global.

Por sus conocimiento y su trabajo fecundo dedicado a la industria del cuero, Alberto Sofía se ganó el respeto y el enorme afecto de hombres y mujeres de la industria, quienes siempre ponderaron tanto sus conocimientos, como su calidez y simpatía.

Melómano sin prejuicios, sus preferencias abarcaban desde el jazz y el swing -era un buen intérprete de clarinete- al pop; becado en la ciudad inglesa de Egham entre 1964 y 1966, fue testigo presencial junto a su esposa de la explosión de la “beatlemanía”.

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Diario El Día / CueroAmérica

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