Se conocieron datos de la edición de mayo del estudio “Humor social y hábitos en épocas de Covid-19”, realizado por la consultora INResearch sobre el mercado de Argentina durante la cuarentena. Muestra las diversas actitudes de sus consumidores durante esta etapa e indaga sobre cómo creen que será su actitud frente al consumo en un futuro próximo.

El estudio de la consultora INResearch liderada por Alejandro González, muestra esta “fotografía” del consumo argentino a nivel nacional, con foco en la sociedad, el retail y el consumo.

Se destaca que el 64% de los consumidores optó por permanecer el menor tiempo posible en las tiendas físicas y un 10% por primera vez compró realizó compras on line.

En la investigación sobre nuevos hábitos surgidos en cuarentena, un 55% de los consultados señaló que utilizaron plataformas de delivery. Pero sólo un 12% informó que las usaron por primera vez.

En cuanto a los canales, hay una disminución de la preferencia por las compras en sucursales de las grandes cadenas, a favor de los formatos de cercanía.

Esta tendencia a la compra barrial está favorecida por el la recomendación de los responsables de salud de los gobiernos nacional y provinciales, buscando que la gente circule menos y así evitaros la exposición a los contagios.

INReseach indagó también en el comportamiento de los consumidores respecto de las marcas, y sobre todo hacia las primeras marcas, expuestas ante la crisis de ingresos que afecta a una buena parte de la población. Esa postura ante las marcas guarda relación con el cambio de prioridades que se van dando en tanto y en cuanto se prolonga el aislamiento, aunque ese alargamiento sea focalizado.

Cada uno de los indicadores anteriores van de la mano de un humor social que ha ido mutando a lo largo del aislamiento para luchar contra la pandemia de Covid-19.

El trabajo de INReseach ausculta también las ideas del consumidor medio en el período post pandemia, apuntando a los efectos sobre sensaciones y opiniones que puede haber generado la cuarentena y el miedo a la enfermedad y sus consecuencias. En este sentido trascienden cambios anclados tanto en una modificación de las prioridades como frente a una nueva situación generada por la caída en los ingresos.

Los distintos estados de ánimo dependen también de la fase de la cuarentena que cada conglomerado urbano se encuentre transitando, el impacto en las economías personales y el nivel de adaptación a la vida en confinamiento de cada individuo. Además, señala el informe, esto guarda correlación con las distintas generaciones y lo que cada una dejó de hacer o descubrió que puede hacer en este período extraordinario. Por esto, destaca INReseach, no se debe caer en el error de generalizar.

Según los tres parámetros que muestra el cuadro, un tercio de las personas llevan el momento convencidos y hasta redescubriendo y revalorizando un estilo de vida más pausado. Y, en el otro extremo, tan sólo un 17% se sienten fuera de eje, es decir no adaptado a la situación de confinamiento.
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