El gobierno de China ordenó a las empresas que poseen industrias muy contaminantes que disminuyan el 30% de sus emisiones para 2017. Las nuevas regulaciones obligan a las compañías a controlar la contaminación que generan bajo advertencia de ser penalizadas.

El anuncio estatal no detalló qué sectores serán afectados por estas normas. Sin embargo, hace unos meses algunos ministros dejaron entrever que las industrias del hierro, acero, petroquímicos y cemento están en la cabeza de la lista.

Se presume que las empresas curtidoras que aún no tratan sus efluentes y preservan debidamente el ambiente también deberán regirse por las nuevas reglamentaciones ambientales.

La cuestión ambiental generó las protestas más importantes de los últimos tiempos en China. En 2007, por ejemplo, los ciudadanos de Xiamen organizaron una serie de protestas contra la construcción de una planta de productos químicos en el área, por lo cual el gobierno debió dar marcha atrás en ese proyecto.

En Beijing, el estado debió cambiar la forma en que monitorea el nivel de contaminación del aire por la preocupación que despierta este problema en la población.