Bernard Arnault, de LVMH, quiere ser belga para no pagar impuestos en Francia
El dueño del grupo líder mundial del lujo LVMH, Bernard Arnault, recibió una fuerte crítica del diario francés «Libération al confirmar que ha solicitado la nacionalidad belga. El empresario, que posee la mayor fortuna de Francia, ha seguido el camino de otros personajes acaudalados que iniciaron un éxodo legal para evitar pagar el aumento impuestos aplicados, ante la crisis, por el gobierno de François Hollande.
El grupo de lujo francés, que es propietario y gestiona algunas de las marcas más exclusivas del país como Christian Dior, Louis Vuitton, Guerlain, Givenchy o Moët et Chandon.
Bernard Arnault denunció al periódico «Libération» por «injurias públicas» por su portada del 8 de septiembre en la que aparece su retrato a toda página junto al titular «Casse-toi, riche con!» («¡Lárgate, rico gilipollas!»)
La situación de tensión entre el empresario y la opinión pública se precipitó al solicitar Anaut la nacionalidad belga. Él y varios de los poseedores de las mayores fortunas de Francia han comenzado a buscar alternativas de este tipo para evitar pagar el aumento en los impuestos que aplicará el gobierno a las grandes fortunas.
Recientemente en declaraciones al canal privado TF1, el presidente francés, François Hollande, reiteró su promesa electoral de imponer temporalmente un tipo impositivo del 75 % a las rentas superiores al millón de euros y consideró una «provocación» que Arnault anunciase precisamente ahora su deseo de obtener la nacionalidad belga.
El hombre más rico de Francia acusó a «Libération» de proferir «injurias públicas» contra él y considera que su portada es «inaceptable», informó en un comunicado.
«Tras la polémica» sobre su petición de doble nacionalidad y tras haber precisado que «era y seguiría siendo residente fiscal francés», el dueño de LVMH opinó que no tiene «otra elección» que presentar una denuncia, dada «la extrema vulgaridad y la violencia del titular del rotativo», precisó.
En la nota se subrayó que Bernard Arnault creó LVMH hace más de 20 años y que «siempre trabajó y pagó la totalidad de sus impuestos en Francia», y que «ha creado más de 20.000 empleos directos en territorio francés», recordó.
Solo en 2011 LVMH, «que continúa abriendo talleres» en Francia, mientras que otras empresas trasladan su producción fuera del país, contrató a más de 3.000 personas suplementarias, agregó.
A su juicio, la portada del periódico «revela un ánimo antiempresa» totalmente contrario a las necesidades de enderezamiento económico del país y de lucha contra la desocupación, «que no podrán triunfar sin la motivación de los empresarios privados».
La empresa LVMH es una de las grandes beneficiarias por el insólito crecimiento de las ventas de productos de lujo, que se da en plena crisis mundial. Este aumento esta motorizado en gran medida por el despertar consumista del mercado chino, que esta teniendo un desarrollo exponencial.
El diario muestra a un sonriente Arnault con una pequeña maleta roja junto a un eslogan que los franceses conocen muy bien, pues es muy similar a una desafortunada frase pronunciada en 2008 por el expresidente conservador francés Nicolas Sarkozy, amigo personal del dueño de LVMH.
«Libération» cambió solo la palabra «pobre» por «rico” del famoso «¡Lárgate, pobre gilipollas!» (Casse-toi, pauvre con!»), pronunciado por Sarkozy en el Salón de la Agricultura de París a un ciudadano que se negó a darle la mano.
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