Los senadores americanos podrían confirmar, en los próximos días, la instauración de una tasa específica que permitiría a las autoridades estatales cobrar impuestos por actividades comerciales realizadas vía Internet. El proyecto propuesto, que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca,  choca –como es habitual- con la oposición de ciertos parlamentarios republicanos.

En los Estados Unidos, la ley vigente los estados sólo cobran impuestos a la venta, si el negocio se encuentra de forma física en el estado. Como resultado, muchas ventas electrónicas son prácticamente libres de impuestos, dando a los minoristas en Internet una enorme ventaja sobre las tiendas no virtuales. Hasta ahora, esto ocurre en la mayor parte del planeta.

El proyecto de ley permitiría que los estados puedan cobrar impuestos municipales y estatales por compras realizadas en Internet y los impuestos por ventas serían enviados a los estados donde vive el comprador. El pasado 23 de abril, el texto fue votado por 63 senadores a favor y 30 en contra

La propuesta no satisface a todos y además tropieza con las legislaciones de algunos Estados. Por ejemplo, Oregon, Montana, New Hampshire y Delaware no cuentan con impuestos sobre las ventas.

Por otra parte, ciertos gobernadores se quejan por la obligación impuesta a los Estados de tener que presentar la factura para el pago de impuestos a empresas que se encuentran a miles de kilómetros. Además, destacan el impacto negativo en las pequeñas empresas, ya que el texto se aplicaría a las empresas que tienen más de un millón de dólares de facturación.

Según algunos informes, el año pasado, las ventas online generaron en los Estados Unidos 226.000 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 16%.