Nuevos descubrimientos de talleres clandestinos en la industria del cuero de Italia

Un policía napolitano revisa los roloos de materia prima incautados

La policía de Milán desbarató en pocos días dos talles clandestinos de artículos de cuero en los cuales hallaron ciudadanos chinos, inmigrantes ilegales y sometidos a condiciones de trabajo y vida infrahumana. Quienes regenteaban el lugar también eran de origen chino y en algún caso elaboraban piezas para marcas de moda reconocidas.

Se esconden 13 trabajadores en un espacio estrecho y peligroso formado entre las paredes de cartón-yeso, pero los carabineros encontrarlos y rescatarlos. Esto fue informado por la policía de Sesto San Giovanni en un taller chino de marroquinería situado en la zona industrial de Cologno Monzese, cerca de Milán. Según las primeras investigaciones, esta unidad trabajaría como subcontratista para marcas de moda muy conocidas.

En una inspección inicial, la Policía encontró nueve operarios regulares y dos trabajadores ilegales. Pero la observación de algunas máquinas encendidas, pero sin trabajadores en las inmediaciones lo consideraron sospechoso. Profundizada la inspección encontraron a otros 13 trabajadores (11 hombres y 2 mujeres) todos los irregulares. Estaban ocultos en un estrecho procede espacio entre dos paredes, de alrededor de 2,5 metros de largo y 40 centímetros de ancho y con un pequeño agujero aireación de 10 centímetros. La policía, que describió la situación como «atroz», arrestó a dos chinos, de 46 y 48 años, por complicidad en la inmigración y la explotación ilegal.

Un teller clandestino de marroquinería detectado en Cologno Monzese, Milán

A los pocos días, las autoridades policiales de Milán hallaron otro taller marroquinería clandestino en el allanamiento realizado en una ‘empresa’ con sede en Caponago. Los ‘carabineros’ de la Inspección del Trabajo de Milán, encontraron allí a los 4 empleados inscriptos, más 17 ciudadanos chinos que estaban completamente en ‘negro’. Uno sólo tenía un permiso de residencia en vigor y todos los demás eran inmigrantes ilegales. La propietaria de la empresa, que produce partes de cuero para terceros, es una mujer también de origen chino. Las condiciones del lugar de trabajo eran pésimas porque que también funcionaban como dormitorio, cocina y laboratorio. La actividad fue suspendida y se impuso una multa de € 83.000. Con ese castigo es difícil que solucionen el problema.
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La Conceria / CueroAmérica

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