Ola de cierres en la industria marroquinera argentina por la caída en el consumo local
Las industrias del cuero, calzado y marroquinera de Argentina sufren intensamente la grave crisis económica del país. En los últimos tres años cerraron unas 30 curtiembres, más de 100 empresas en el sector de manufactura del cuero y marroquinería, unas 300 fábricas de calzado y un gran número de proveedoras de componentes e insumos para estos sectores.
Son más de tres años de medidas recesivas que golpean a toda la industria de Argentina, pero más a las que son intensivas en mano de obra y especialmente a las PYMEs. En el caso de las del sector de cuero, marroquinería y calzado, quedaron sin trabajo unas 20.000 personas. En su mayoría con sólida formación y nivel técnico. En las que se mantienen abiertas, la utilización de la capacidad instalada se encuentra por debajo del 40%, lo que significa que trabajan a pérdida.
Las estadísticas oficiales (Indec) dan cuenta de la primarización de las exportaciones y, por ende, de la producción. Esto lo muestra el hecho que la exportación de cueros curtidos mejoró en un 6,1% interanual, esencialmente motivada por la devaluación del peso argentino. El 90% de las pieles vacunas que produce Argentina se exporta sin manufacturar (productos terminados), en un importante porcentaje sin acabar y crece la exportación de pieles en bruto.
“En orden de importancia, causas de esta situación son la caída de consumo interno, las exorbitantes tasas de interés -que golpea en el crédito al consumo, la cadena de pagos y cualquier tipo de inversión-, el aumento de las tarifas de energía y combustibles, y la fuerte importación, especialmente de 2016 a 2018”. El diagnóstico es de Ariel Aguilar, presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas de Cuero y Afines y vicepresidente de Confederación General Empresaria (CGERA). Reitera que el principal problema de las PYMEs es el congelamiento del consumo.
“Las importaciones algo bajaron en los últimos meses debido a que la gente no tiene ni dinero”, agrega Aguilar.
También señala que los impuestos no son el mayor problema, “pero que está después de estos cuatro ejes”. Y aclaró que “la reforma laboral no es un planteo de las empresas PYMEs. Es un tema que instalaron el gobierno y las grandes empresas”.
“El problema es la caída del consumo, las elevadas tasas de interés, el enorme aumento de las tarifas de energía y servicios públicos y la apertura importadora” coincidió Raúl Zylbersztein, también empresario marroquinero, ex presidente de CIMA y actual titular de la Federación Económica de Buenos Aires.
“Las empresas están cerrando porque, si bien existe una esperanza de que esto cambie en un año, muchas ya no tienen energía para llegar”, explicó el dirigente.
El consumo se cayó completamente y no hay perspectiva de que esto cambie. Al cerrar las empresas algunos trabajadores sólo pueden recibir las máquinas a modo indemnización. Y algunos empresarios, con 50 o 60 años y muchos en la actividad, tienen que empezar de cero”, detalló Zylberstein.
En la última década, con una moneda sobrevaluada, las empresas que exportaban tuvieron que abandonar sus mercados y centrarse en el mercado interno. Actualmente, con la devaluación sufrida el año pasado, podrían pensar en exportar. Pero hoy se encuentran descapitalizadas y, la mayor parte de los casos, con una estructura organizativa deteriorada.
“Las manufacturas de cuero no son un commodity. Es necesario hacer un largo trabajo previo para ganar mercados”, explicó Raúl Zylberstein, quien también alertó por las grandes deudas impositivas que se van generando ante el Fisco, lo que impide levantar cabeza en el actual contexto.
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La Nación / Pagina 12 / CueroAmérica
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