La deforestación de los bosques nativos en Paraguay tiene un grave impacto ambienrtal.

El reciente acuerdo firmado entre la Asociación de la Industria Curtidora Italiana (UNIC) y la World Wildlife Fund, WWF-US (Fundación Internacional Vida Silvestre) representa un avance hacia una industria más comprometida con el cuidado ambiental y el respeto a los derechos humanos. La deforestación de la región del Chaco en Paraguay, con gran impacto en el calentamiento global, y también el desplazamiento de la población local es un claro ejemplo de lo que podría evitarse con la iniciativa que avanza en el mundo del cuero.

El objetivo del acuerdo es generar un programa que mejore las prácticas medioambientales, sociales y gubernamentales relacionadas con la producción de cuero. Fundamentalmente, se busca producir un sistema de trazabilidad de los cueros para garantizar que estos no provienen de zonas deforestadas. Este tipo de iniciativas resulta de gran importancia para detener la expansión desmedida de los espacios para crianza de ganado en desmedro de los bosques nativos.

Curtiembre paraguaya.

Los acuerdo enhebrados por World Wildlife Fund (WWF-US) abarcan no sólo a la industria curtidora de Italia, sino también al sector comercializador de pieles de los Estado Unidos -encabezado por la USDA-, curtiembres como la monumental Prime Asia de China, asi como otras entidades europeas o chinas.

Destacan que si las curtiembres se comprometen a no comprar materia prima proveniente de zonas deforestadas se podría evitar el gran deterioro ambiental y la injusticia social que se produce actualmente en lugares como el Chaco Paraguayo.

Un informe publicado por Earthsight muestra claramente que los cueros utilizados en los tapizados de autos de alta gama provienen de bosques que han sido destruidos y que pertenecían a los últimos pueblos originarios de Paraguay. La importancia de detener la destrucción del Chaco paraguayo se hizo patente cuando se confirmó que ese territorio contiene 20 veces más carbono por hectárea de lo que se creía. Ante el avance del calentamiento global, resulta vital proteger estas zonas que, de continuar la deforestación, no solo afectará a Paraguay sino que también tendrá su incidencia en el planeta.

Esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de que los principales mercados consumidores apliquen regulaciones que eviten estas prácticas ilegales, la violación de los derechos humanos y la pérdida de bosques. El informe de Earthsight exhibió los vínculos existentes entre la tala ilegal en Paraguay y el cuero utilizado por grandes automotrices como BMW y Jaguar Land Rover.

El informe asegura que las autoridades paraguayas han sido negligentes o directamente cómplices en este tipo de ilícitos. Dos fincas ubicadas dentro del territorio de los Ayoreo Totobiegosode (el último pueblo no-contactado de América fuera de la Amazonía) deforestaron más de 3.000 hectáreas en los últimos años. Esto fue posible gracias a los permisos de deforestación irregulares otorgados por el Ministerio del Medio Ambiente que ha sido acusado de inacción y corrupción generalizada. Estos permisos se concedían, en muchos casos, luego de que los bosques fueran talados.

A esto hay que sumarle la serie de incendios intencionales que se produjeron en la zona en la misma época. Si bien un grupo de ONGs paraguayas exigieron al gobierno que investigara estos casos, las autoridades del país todavía no han hecho nada al respecto. Lo único que manifestaron fue que no había registro de deforestación ilegal. También agregaron que no era el gobierno nacional quien debía investigar los incendios sino el municipio en donde se produjeron. Una clara maniobra para que no se investigue absolutamente nada.

Del otro lado del Atlántico tampoco las grandes automotrices han tomado medidas concretas. Earthsight demostró que muchas empresas se abastecían de cuero en curtiembres europeas implicadas en la investigación. Si bien afirmaron que no compraban cuero paraguayo, no pudieron demostrar el origen de su materia prima por falta de un sistema de trazabilidad.

Pasubio, una de las curtiembres indicadas de adquirir estos cueros, afirmó que le había pedido al Ministerio de Industria y Comercio de Paraguay la garantía de que sus operaciones eran legales. Luego aclaró que no tenían el poder de cuestionar la información brindada por el gobierno de otro país.

Es decir, los bosques del Chaco paraguayo están siendo arrasados para destinar esas tierras a la ganadería y los pobladores que viven en la zona, ven vulnerado su hábitat, ante la inacción estatal. Si bien algunos grandes compradores de materias primas prefieren no enterarse de las condiciones en que se producen. esto está cambiando porque diversas entidades de Europa, los Estados Unidos y Asia se están comprometiendo con el tema.

Es por eso que resulta indispensable que toda la cadena de la industria del cuero trabaje en conjunto para lograr que el sistema de trazabilidad se convierta en una práctica común, que evite este tipo de ilícitos.
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Earthsight / CueroAmérica

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