En un reciente seminario realizado por la publicación ILM se explicó de qué se trata la trazabilidad de la cadena de suministro del cuero y cuáles son las ventajas de incorporar esta tecnología que permite conocer el origen de la materia prima de los productos que consumimos. Así, un zapato, una cartera o un tapizado podrán contener la información necesaria que pueda dar fe de que es fruto de una producción sostenible y respetuosa del medio ambiente.

La trazabilidad es una especie de “historia clínica” del animal que guarda toda la información del ejemplar desde su nacimiento hasta la comercialización final de la carne y el cuero. El principal sistema para identificar ganado es la etiqueta auricular con código de barras que contiene, entre otros datos, el lugar en el que fue criado, las vacunas recibidas, enfermedades y cambios de propietario. Una vez que se procesa al ejemplar, la etiqueta se puede asociar de forma permanente al cuero para conservar la información. A su vez, el comprador del cuero terminado la puede transferir al producto final (zapatos, carteras, etc.) para obtener una mercancía que conserva su historia.

Una de las razones más importantes para incorporar este sistema es que con esta tecnología se puede saber el origen del cuero y asegurarse de que no proviene de zonas que han sido deforestadas para ser destinadas a la ganadería.

Sam Setter en un artículo publicado en International Leather Maker remarcó que la trazabilidad era una antigua demanda de las marcas y que ahora se está volviendo realidad. Dado el cambio producido en el comportamiento de los consumidores cada vez más preocupados por el deterioro ambiental, los grandes fabricantes de productos de cuero buscan materia prima que sea completamente rastreable.

En algunos países de la Comunidad Europea, la trazabilidad es una exigencia de la legislación alimentaria y su expansión de la industria cárnica a los cueros era solo cuestión de tiempo y tecnología disponible. Setter cree también que establecer estos sistemas en países donde no existe una legislación similar, será un proceso más dificultoso especialmente en los países emergentes. Pero, ante el cambio de hábitos de los consumidores, estas naciones deberán adoptar la nueva tecnología si no quieren quedar fuera del circuito de comercialización. La solución, según el periodista, depende de las regulaciones que impongan los países exportadores y los requisitos de importación que exijan los países importadores.

Por otra parte, los compradores de cuero y pieles deberán ofrecer incentivos a los productores que venden lotes rastreables y las marcas que comercializan estos productos deberán colaborar y participar activamente en sistemas prácticos de trazabilidad.
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ILM / CueroAmérica

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