Curtir las pieles es parte de la solución en el combate contra el cambio climático
Dado que los animales se sacrifican para producir alimentos, y cada día se come más carne, es necesario analizar bien el caso de las pieles que quedan como residuo del sacrificio. Si las pieles no se transforman en cueros curtidos terminan en los vertederos, para que se pudran naturalmente. Pero en este proceso producen gases de efecto invernadero. Ahora se ha establecido que esas pieles desechadas contribuyen en más de 40 millones de toneladas de emisiones equivalentes de CO₂ cada año.
Las pieles sobrantes que no se aplican a la industria curtido y que se deben dejar pudrir en los vertederos, producen una enorme cantidad de emisiones de efecto invernadero. Esto muchas veces no se aclara cuando se cuestiona al cuero.
Actualmente, a nivel mundial, hasta el 40% de todas las pieles de ganado, que ascienden a 134 millones de pieles al año, se desperdician.
Sin duda para la industria se trata de un gran despilfarro de recursos naturales, renovables y con un importante impacto ambiental. El último análisis de la Leather and Hide Council of America (LHCA) muestra que el impacto es mucho mayor de lo que se pensaba.
Utilizando la calculadora de impacto de ReFED, la entidad estadounidense LHCA descubrió que una tonelada de pieles en un vertedero genera el equivalente a más de 13 toneladas de CO₂.
Para ponerlo en perspectiva:
+ Equivalente a las emisiones anuales de 8,7 millones de automotores
+ Iguala el CO₂ absorbido por 660 millones de árboles en 10 años
+ Comparable a abastecer de energía a 5 millones de hogares durante un año
Además, al transformar los 334 millones de pieles que se producen anualmente en el mundo y almacenar CO₂ de forma duradera en el cuero, podríamos evitar unos 100 millones de toneladas de CO₂e al año, generando solo 13,3* millones de toneladas de emisiones de CO₂e (*utilizando el valor medio de Eco2L/GreenDeal para el cuero vacuno).
Además, todos estos cueros podrían reemplazar hasta 3.000 millones de m² de materiales de moda basados en combustibles fósiles que contribuyen en gran medida a la contaminación y al cambio climático.
La conclusión es más evidente y es que transformar las pieles en cuero curtido es parte de la solución en la lucha contra el cambio climático.
Y en esta cuenta faltan los enormes beneficios que genera una materia prima que alimenta a miles de industrias, que crea millones de puestos de trabajo y una incalculable cantidad de bienes que son necesarios, prácticos, confortables, duraderos, hermosos y, que al final de su uso, son biodegradables.
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LHCA / CueroAmérica
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