En enero de este año, los mataderos de Paraguay sacrificaron un 73% más de cabezas de ganado, en comparación al mismo mes de 2012. Esta mayor disponibilidad de pieles es aprovechada por el sector curtidor, pero estos datos podrían no marcar una tendencia.

La Asociación Rural del Paraguay (ARP) detalló un informe de la consultora Investort Economía S.A., que 121.125 de las 123.600 cabezas sacrificadas fueron destinadas a la exportación. La entidad asegura que si esta tendencia continúa, el 2013 podría ser un año récord en volumen e ingresos. Sin embargo, los datos consignados por la consultora generan dudas.

Algunos analistas aseguran que la demanda de carnes está creciendo, tras el estancamiento sufrido después de dos brotes de aftosa (2011 y 2012), pero otros sostienen que es una liquidación de stock, motivada por la sequía y los bajos precios del mercado.

Actualmente, Paraguay está llevando adelante negociaciones para aumentar las ventas en Rusia y recuperar la porción del mercado que tenía en Chile, que en noviembre levantó la prohibición de importar ganado debido al brote de aftosa. Estos dos países son los principales clientes de Paraguay.

Los factores que explican esta mayor faena tienen que ver con la tendencia hacia la baja de los precios “al gancho” debido a la apreciación del guaraní con respecto al dólar. La baja del precio genera una demanda firme por parte de la industria, alentada por la mayor demanda externa.

Asimismo, la sequía que se encuentra afectando a la región del Chaco y que genera problemas en la alimentación de los animales, obligando a los productores a venderlos, a lo que se suma la llegada del otoño.

Esto queda marcado por el crecimiento interanual, en enero, del 86% en la faena de hembras, lo que pone claramente en evidencia que existe una situación de liquidación. El sacrificio de machos aumentó un 32%.

Por otra parte, a partir del 4 de  febrero y hasta el 8 de marzo transcurrió el periodo de vacunación contra la fiebre aftosa y que tiene un efecto restrictivo sobre la oferta, por lo que en muchos casos los ganaderos paraguayos habrían adelantado el envío al matadero.