La empresa brasilera propietaria de curtiembres y mayor procesadora de carne del mundo anunció que pagó el equivalente a US$ 11 millones de ‘rescate’ para poner fin a un gran ciberataque. La empresa explicó que la semana pasada sus redes informáticas fueron pirateadas y que por esto tuvo cerrar temporalmente algunas operaciones en Australia, Canadá y Estados Unidos.

JBS es el más grande grupo curtidor de Brasil y uno de los mayores del mundo.

La empresa aseguró que pagó el dinero por la sofisticación del ataque, a pesar de que la «gran mayoría» de sus plantas se mantuvo operativa. Explicó que “era necesario pagar para proteger a los clientes”. Andre Nogueira, el director ejecutivo de JBS, comentó que «esta fue una decisión muy difícil de tomar para nuestra empresa y para mí personalmente». Según los informes, el pago se realizó con Bitcoin.

En un ataque de ransomware, los piratas informáticos ingresan a una red informática y amenazan con causar interrupciones o eliminar archivos a menos que se pague un rescate en criptomonedas. Por su parte el FBI acusó que los piratas informáticos de están vinculados a Rusia.

La empresa adujo que se vio obligada a detener durante un día la matanza de ganado en todas sus plantas de EE. UU. Esa interrupción amenazó el suministro de alimentos y puso en riesgo el aumento de los precios de los alimentos para los consumidores.

El mes pasado, la entrega de combustible en el sureste de los EE.UU. Se paralizó durante varios días después de que un ataque de ransomware apuntara al Oleoducto Colonial. En este caso los investigadores estadounidenses también dijeron que el ataque estuvo originado en un grupo con vínculo con Rusia.

JBS, una empresa con sede en Brasil, dijo que, «los resultados de la investigación preliminar confirman que no se comprometieron los datos de la empresa, los clientes o empleados» en el ataque a sus sistemas.
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BBC / CueroAmérica

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