La Confederación Europea del Calzado (CEC) enumeró una serie de errores que considera tiene el informe que acaba de aprobar el Parlamento Europeo sobre la nueva estrategia de la Unión Europea para textiles sostenibles y circulares. Como este es un debate que abarca a toda la industria del calzado del mundo, es muy importante seguir y participar en estos intercambios.

La CEC, si bien recibe con satisfacción la iniciativa que busca una industria más sostenible, puntualiza una serie de críticas. Según la entidad empresaria, “las empresas europeas de calzado están comprometidas y trabajando en esta dirección; sin embargo, también es fundamental que dichos parámetros sean respetados por los socios extracomunitarios”. Y aclara que para que esto ocurra “la Comisión Europea debe garantizar las medidas necesarias en los acuerdos comerciales y de cooperación con terceros países”.

Fábrica de Calzado Francia.

“En primer lugar -dice la CEC-, deseamos señalar que desde el establecimiento del ecosistema textil en marzo de 2020 dentro de la “Nueva Estrategia Industrial para Europa”, el término ‘textil’ ha generado confusión y mala interpretación de los sectores específicos cubiertos por este término, a saber, los sectores del textil, la confección, el cuero y el calzado (los conocidos por las siglas TCLF), y a la tendencia a buscar soluciones one-fits-all. Cuando se trata de calzado, el producto es a menudo excluido o asimilado a textiles y prendas de vestir y, en consecuencia, sujeto a la exclusión o inclusión en el alcance de varias iniciativas, sin una evaluación adecuada de la viabilidad”, señala la industria europea del calzado.

El informe aprobado por el Parlamento Europeo es un ejemplo de la tendencia legislativa en curso. La CEC puntualiza que el documento no considera las peculiaridades en estándares de seguridad y salud, número de materiales, procesos productivos y gestión de residuos entre los distintos productos y, en consecuencia, pretende aportar soluciones comunes, pero inviables. “Además -puntualiza-, también carece de soluciones para fortalecer la resiliencia y la competitividad, lo que amenaza la recuperación de la industria de la UE”.

Fábricada de calzado en Italia.

En lo que respecta a la industria del calzado de la Unión Europea, la confederación de los industriales europeos propone reevaluar algunos elementos del texto para garantizar resultados concretos y factibles durante esta transición verde, sin dejar a nadie atrás.

En este sentido, hace algunas propuestas:
• Destacar, como ya se ha expresado en otras ocasiones, que el calzado es un producto complejo compuesto por multitud de materiales y componentes, ensamblados con diferentes técnicas, sujetos a normas específicas de seguridad y salud y que requieren modelos específicos de reciclaje y circularidad. Por lo tanto, la confusión de calzado y textiles, y la definición de requisitos horizontales, no son factibles ni apropiados tanto desde la perspectiva del ecodiseño como de la circularidad.

• Recordar, como se menciona correctamente en el informe, que la industria del calzado de la UE está formada casi exclusivamente por PYMEs que necesitan apoyo y prácticas realistas para lograr los objetivos del Pacto Verde de la UE. En este sentido, la CEC recbe con beneplácito el incentivo a la investigación y la innovación previsto por el Parlamento Europeo.

• Revisar las expectativas del Parlamento Europeo sobre “el considerable apalancamiento económico” del sector (siempre que el texto se refiera a todo el ecosistema textil), siendo estas últimas demasiado optimistas. La industria del calzado de la UE se centra principalmente en productos de alto valor añadido que no comparten la misma cuota de mercado que los productos de moda rápida, la mayoría de los cuales se importan de terceros países, principalmente de Asia. En este sentido, el 89% del calzado disponible en el mercado de la UE en 2022 fue importado, lo que significa que el poder de apalancamiento atribuido a la industria de la UE está sobredimensionado.

• Invitar a los legisladores a considerar la competitividad de las empresas de la UE y garantizar unas normas del juego equitativas, que incluyan transparencia y estándares internacionales, al negociar acuerdos de libre comercio. Junto a las tremendas consecuencias de la pandemia de covid-19 y el escenario geopolítico en curso, el calzado de la UE está experimentando una regresión gradual y constante tanto en la producción como en el comercio frente a sus competidores directos de terceros países.

• Rechazar la suposición de que el ganado se cría y sacrifica por motivos de moda. El cuero es un subproducto de la industria del calzado obtenido por la recuperación de cueros y pieles que de otro modo serían desechados. Además, la CEC pide el fin de la demonización del mercado del cuero.

• Por último, animar a los legisladores a prestar más atención al uso del término ‘textil’ e identificar mejor qué instrumentos legislativos son relevantes para los diferentes productos cubiertos por la estrategia textil de la UE.
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Revista del Calzado / CueroAmérica

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