En una reciente reunión en Milán, la industria europea del curtido presentó una serie pruebas concluyentes afirmando que el cuero no es un factor de que incida en la deforestación. El sector afirmó que es “absolutamente claro y determinante que los animales se crían para la industria de la alimentación y que el cuero es un residuo de esa explotación”. Por lo tanto la industria curtidora y los productores de manufacturas no tienen ninguna responsabilidad respecto de si fueron deforestados o no los campos de crianza. Esto contradice lo estipulado por la legislación adoptada por la Comunidad Europea, el EUDR, que se aplicaría a partir de diciembre de este año y que prohíbe el ingreso de materias primas o sus manufacturas provenientes de zonas deforestadas después del año 2020.

Debido a la próxima revisión del Reglamento Europeo sobre Deforestación (EUDR), se realizó el estudio “Análisis socioeconómico y medioambiental de los efectos del Reglamento 2023/1115/UE en el sector europeo del cuero”, encargado por UNIC (curtidores italianos) y COTANCE (federación europea de curtidores). Este fue realizado por la Escuela de Estudios Avanzados Sant’Anna de la Universidad de Pisa, Italia, que en sus conclusiones fundamenta la no incidencia del cuero en el grave problema de la deforestación de bosques nativos en el mundo.

Según Manuel Ríos, presidente de COTANCE, este estudio “demuestra claramente que el cuero, como subproducto de la industria cárnica, no impulsa la deforestación. Incluir el cuero en el ámbito del EUDR es un error y podría tener consecuencias socioeconómicas y medioambientales perjudiciales”.

El estudio de la Universidad de Pisa identifica la no influencia del cuero en el tema deforestación. Afirma que no hay “vínculo directo con la deforestación” y respalda esta opinión con un extenso análisis técnico (más de 94 millones de registros, más de 29.200 títulos de publicaciones seriadas y más de 330.000 libros) y 28 entrevistas con partes interesadas. La conclusión del trabajo es que “el cuero se obtiene del ganado criado principalmente para carne y lácteos, y la producción de cuero no incentiva la ganadería”.

También señala el grave impacto económico que los estrictos requisitos de trazabilidad del EUDR ya que podrían alterar gravemente la cadena de suministro europea de ganado y pieles, dejando a los curtidores europeos sin las materias primas necesarias. “Esto podría obligar a las empresas a cerrar y provocar importantes pérdidas de empleos en toda la cadena de suministro de la industria”, asegura.

El trabajo denuncia esencialmente los riesgos ambientales de los materiales alternativos al cuero. El estudio advierte que generar un perjuicio a la industria curtidora europea y reemplazar el cuero con alternativas sintéticas como materiales de poliuretano (PU LLM) podría aumentar el daño ambiental, en términos de mayores emisiones y uso de recursos. Asimismo denuncia que “desviar pieles de ganado a vertederos o a países con estándares ambientales más débiles socavaría los objetivos del Pacto Verde”.

Gustavo Gonzalez-Quijano, en su intervención.

En la reunión de Milán, durante el desarrollo de la feria Lineapelle, Gustavo González-Quijano, Secretario General de COTANCE, también apuntó que “la inclusión del cuero en el EUDR no generaría los beneficios ambientales esperados. En cambio, se corre el riesgo de causar un shock de oferta y trasladar la producción a regiones con estándares ambientales más bajos”.

Mientras la Comisión Europea se prepara para la revisión del EUDR, COTANCE y sus federaciones empresarias asociadas instan a los responsables políticos a reconsiderar el alcance del reglamento, excluyendo el cuero. El estudio de la Universidad italiana proporciona pruebas sólidas de que el cuero no es un factor de deforestación y destaca las consecuencias no deseadas de decisiones políticas tomadas en base a información equivocada.
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COTANCE / CueroAmérica

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