Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de Norte América.

El presidente estadounidense Donald Trump anunció que impondrá un arancel del 50% a las exportaciones brasileras en represalia por el juicio que se le sigue al expresidente Jair Bolsonaro, por intento de golpe de Estado. Este anuncio constituye una peligrosa injerencia en los asuntos internos de un país soberano, y una amenaza directa para sectores industriales clave como el calzado y el cuero, que justamente en este momento están aumentando sus embarques a los EE.UU.

Insólitamente, Trump justificó esta medida con argumentos que trascienden lo económico al calificar como “vergüenza internacional” el juicio en curso contra el expresidente Jair Bolsonaro, por intento de golpe de Estado. Cabe aclarar que este proceso judicial es llevado adelante por las instituciones brasileras de forma autónoma y en el marco del estado de derecho. Por lo tanto usar este caso como excusa para sancionar comercialmente al país, equivale a condicionar la democracia de Brasil mediante coerción económica por una coincidencia ideológica entre Trump y Bolsonaro.

Las afirmaciones de Trump sobre un “déficit comercial injusto” entre EE.UU. y Brasil carecen de sustento. Datos oficiales del Ministerio de Desarrollo de Brasil indican que, desde 2009, el país sudamericano mantiene déficits comerciales consecutivos con EE.UU., con un saldo acumulado negativo de más de 90 mil millones de dólares. Lejos de perjudicar a Estados Unidos, Brasil ha sido un socio comercial confiable y previsible.

Fábrica de calzado en Brasil.

La medida impactará de forma directa y negativa a las exportaciones de calzado, cuero y manufacturas brasileñas hacia EE.UU., uno de sus mercados más importantes. El sector del calzado, por ejemplo, ha sostenido un ritmo constante de ventas al mercado norteamericano, con miles de empleos e inversiones en juego. La industria del cuero también verá amenazada su competitividad.

El uso del arancel como instrumento de presión política contradice las reglas básicas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y pone en jaque los principios del libre comercio. Aún más grave es la amenaza explícita del presidente estadounidense de aplicar represalias si Brasil responde bajo el principio de reciprocidad económica, consagrado en su legislación nacional.

El presidente Lula ha basado su respuesta en la “defensa la soberanía nacional, la independencia judicial y el respeto por las leyes brasileras”. “Brasil no acepta ser controlado por nadie”, afirmó. En el mismo tono, el gobierno brasilero ha devuelto la carta enviada por Trump, al considerarla ofensiva e improcedente.

Las implicancias de esta escalada van más allá del caso bilateral. La imposición de un arancel del 50% a todos los productos brasileros puede leerse como una advertencia a los países BRICS, justo cuando el bloque busca consolidar una agenda de cooperación económica alternativa. Trump ya ha anunciado aranceles del 10% a los nuevos integrantes del grupo, lo que sugiere una estrategia geopolítica más amplia de presión y aislamiento.

Según la Associação Brasileira das Indústrias de Calçados (Abicalçados) EE.UU. es actualmente el principal destino de las exportaciones brasileras del sector, y es le permitió al país el aumento de las exportaciones, con una suba de casi el 40% en comparación con el año pasado.
En junio se enviaron 1 millón de pares brasileros, por un monto de US$ 20,76 millones, con aumentos tanto en volumen (+39,4%) cuanto en monetario (+25,4%) en relación con el mismo mes del año pasado. En el acumulado del semestre, las exportaciones a los Estados Unidos suman 5,8 millones de pares y US$ 111,8 millones, con incrementos del 13,5% y del 7,2%, respectivamente, en relación al mismo lapso de 2024.
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Abicalçados / Globo / CueroAmérica

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