Actualmente la industria del curtido de cueros y la fabricación de zapatos no sólo son un trabajo tan digno como cualquier otro sino que aportan valor, generan empleo y brindan productos necesarios y de calidad en todo el mundo. Pero las cosas no siempre fueron así. Un 18 de marzo de 1783, el rey de España emitió un decreto para declarar la actividad como “honrada y honorable”, para lograr que más personas se dedicaran a actividad.

Antiguamente, los trabajos manuales estaban mal vistos por las clases altas. De hecho, la palabra “trabajo” deriva del latín ‘tripaliare’, que a su vez viene de tripalium (tres palos). El tripalium era un yugo hecho con tres palos en los cuales se amarraba a los esclavos para azotarlos. El trabajo manual se relacionaba con el sufrimiento y el castigo.

En la España del siglo XVIII, muchos habitantes preferían vivir en la pobreza y conservar su honor antes que dedicarse a una tarea que consideraban sucia e indigna. Esta concepción negativa del trabajo manual generó desempleo y estancamiento en el reino. Ningún miembro de una buena familia se degradaría a realizar esa actividad aunque no tuviera ni para comprar el pan.

Carlos III, Rey de España, un 18 de marzo de 1783 emitió un decreto para declarar la actividad curtidora y del calzado como «honradas y honorables».

Ante esto, el rey Carlos III decidió comenzar, lo que dio el pie a un cambio cultural. En marzo de 1783 emitió un decreto especial que declaraba que “no sólo la profesión de curtidor, sino también las demás artes y oficios de herrero, sastre, zapatero, carpintero y otras de esta especie, son honradas y honorables”. El decreto también aclaraba que “su ejercicio no degrada a la familia de quien las ejerce”.

Este decreto generó un cambio en la concepción que las clases altas tenían en relación al trabajo. Desde ese momento, los habitantes tenían un respaldo “real” si querían dedicarse a alguno de esos oficios. El resultado fue una recuperación económica sostenida en el reino y un cambio cultural, cuyas transformaciones llegan a nuestros días.
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La Concería / Cuero América

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