Puerto de Shanghai.

El resurgimiento de contagios por Covid-19 en la ciudad china de Shangai ha llevado a una estricta cuarentena que ya lleva un mes. Los 26 millones de habitantes que allí viven están padeciendo las restricciones impuestas por el gobierno desde el 28 de marzo. Esta situación ha generado graves interrupciones en la actividad del puerto, uno de los más activos del mundo con una capacidad de 29 millones de TEU.

Cientos de buques de carga, que intentan ingresar mercadería al país, esperan en las afueras del puerto que las autoridades permitan el ingreso. Esto ha impactado en gran parte de la cadena de suministro global. No solo los barcos no pueden entregar su carga sino que también las exportaciones chinas se ven afectadas, generando graves problemas a las industrias de muchos países que esperan insumos vitales. El bloqueo incluye que no haya personal que suba o baje las cargas a las naves, debido a las restricciones sanitarias.

Las mercaderías se acumulan en los almacenes de Shangai al igual que los barcos en las inmediaciones del puerto. Muchos de ellos se trasladaron al puerto de Ningbo-Zhoushan, ubicado a 150km de distancia, provocando la congestión del mismo.

Un comunicado del conglomerado de negocios internacionales Moller-Maersk informó que las mercaderías más afectadas son las refrigeradas. Michael Wax, el director ejecutivo de la gestora de fletes Forto, estimó que se generará un “efecto dominó” en las cadenas de suministro de todo el mundo que retrasará la entrega de mercaderías en puertos europeos «seis semanas o más».
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20 Minutos / Leather Insiders / CuerfoAmérica

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