Un reciente artículo del periódico New York Times señala que a fuerza de una gigantesca campaña de marketing llevada a cabo por grandes minoristas y fabricantes de ropa, los materiales mal llamados “cuero vegano” se presentan como una alternativa eco amigable cuando explica que, en realidad, son un material sintético -a base de petróleo- o contienen altos porcentajes de este combustible fósil mezclados con elementos vegetales.

Detrás de esta campaña y como soporte para lograr cierto rasgo de seriedad se encuentra un cuestionado sistema de clasificación que mide la sustentabilidad de los productos. Se trata del índice Higg que fue creado, justamente, por los grandes fabricantes de ropa para ayudar a reducir las huellas ambientales de los productos que comercializan.

Un grupo de expertos crítica fuertemente a este índice porque favorece a los materiales sintéticos hechos de combustibles fósiles sobre los naturales como el algodón, la lana o el cuero. Por su parte, los fabricantes de fibras naturales denuncian que el sistema se usa para describir a los productos sintéticos como ecológicamente deseables a pesar de su comprobado costo ambiental.

“El índice justifica las elecciones que hacen las empresas de moda al presentar estos productos sintéticos como la opción más sostenible”, afirmó Veronica Bates Kassatly, analista de la industria de la moda.

Por su parte, la Coalición de Ropa Sostenible, una agrupación que reúne a grandes jugadores como H&M y Nike, se defendió argumentando que “el índice utiliza datos científicamente revisados”. La realidad es que esos datos provienen de investigaciones financiadas por la industria de los productos sintéticos y no son tan públicos como deberían ser, señala el New York Times.

A modo de ejemplo, según el índice Higg “el poliéster es uno de los tejidos más sostenibles”. Esta afirmación se basa en datos de la industria europea proporcionados por los fabricantes de plásticos. Pero la mayor parte del poliéster se produce en Asia utilizando energía más sucia y bajo normas ambientales menos estrictas. Una situación similar ocurre con el elastano, la fibra que usan los hilados que se estiran.

“Muchos de los miembros de Higg son marcas de moda rápida y todos usan principalmente poliéster. Por lo tanto, les favorece obtener una mejor calificación de ese insumo” dijo Brett Mathews, editor jefe de Apparel Insider. El periodista denunció que “el puntaje de Higg que dice que una fibra es más sostenible que otra es engañoso para los consumidores».

El problema es que este sistema de clasificación está en camino de convertirse en un estándar global y podría utilizarse como referencia para que los gobiernos fijen las reglas de sostenibilidad que exigen a las empresas.
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New York Times / Cueroamerica

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