China ha dispuesto que todas las instalaciones estadounidenses involucradas en la exportación de cueros y pieles a su país deben estar previamente registradas y aprobadas. Esta medida se puede interpretar como un escalón más en la guerra comercial que protagonizan las dos mayores potencias económica mundiales. Por pate de China, es probable que sea una forma de limitar las ventas de pieles de EE.UU., y este flanco dejaría espacio para la oferta de América Latina.

Este cambio dispuesto por China, que entrará en vigor a fines de septiembre de 2024, reemplaza el proceso actual que no requiere registro previo.

Inmediatamente, el Consejo de Cuero y Pieles de Estados Unidos (LHCA, por sus siglas en inglés) instó a todos los exportadores estadounidenses relevantes, incluidas las instalaciones de empaque, procesamiento y almacenamiento, a actuar con prontitud para cumplir con las nuevas regulaciones para evitar interrupciones en el comercio.

El Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA APHIS) y la LHCA están colaborando para garantizar que todas las instalaciones estén registradas en la Administración General de Aduanas de China (GACC) antes de la fecha límite.

Para facilitar esta transición, el APHIS compilará una lista completa de todas las instalaciones involucradas antes del 6 de septiembre de 2024 y la enviará a la GACC para su aprobación.

Frigorífico en Kansas City.

Se ignora la razón de esta intempestiva decisión de las autoridades chinas, pero a simple vista parece una capítulo más de ya conocida la guerra comercial entre ambos países. Ésta ha ido creciendo desde la era Trump y fue alimentada por la administración Biden.

No se descarta que esta situación genere en China una menor compra de pieles y cueros de estadounidenses, lo que podría generar una oportunidad para otros proveedores de América Latina o Africa.
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Leatherbiz.com / CueroAmérica

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