Imanol Martínez, director ejecutivo de FICE.

La tregua de 90 días -con aranceles del 10% para todos excepto a China- alivió por un tiempo la tensión en la industria europea, aunque la cadena de suministro de cuero y productos de cuero permanece en alerta. Aseguran que una “guerra comercial” tendrá consecuencias sobre los negocios en y con América del Norte, pero que, inevitablemente, un efecto secundario muy peligroso puede ser la presión de los productos y los materiales de Asia, que no ingresarán a Estados Unidos y por lógica buscarán ser reubicados en otros mercados.

La guerra comercial prometida por presidente Donald Trump empezó a influir en los mercados incluso antes de que estallara, porque ha minado la confianza de los operadores,

Según Imanol Martínez, de FICE, la federación española del calzado, desde que se empezó de aranceles “las empresas españolas han buscado nuevos acuerdos con los clientes, pero mientras tanto, las ventas de temporada han perdido un 20%”. Y cree que las bajas pueden ser mayores “porque no es seguro que se respeten todos los contratos”.

Giovanna Ceolini, presidenta de Assocalzaturifici.

Asimismo Giovanna Ceolini (Assocalzaturifici) afirmó que espera que la capacidad negociadora de la Unión Europea evite una escalada con la Casa Blanca. Lo cual sería particularmente indeseable, sobre todo en un contexto de mercado tan difícil «por las guerras en Ucrania y Oriente Medio».

Según Ceolini, los problemas también vienen de Asia y de aquellas empresas de gran volumen -chinas sobre todo, pero no sólo- que, una vez bloqueado el camino hacia Estados Unidos, buscarán nuevos destinos para su calzado. “Ejercerán aún más presión sobre los precios en el mercado europeo -concluye-, especialmente en los segmentos de mercado masivo y medio”.

Esto es lo que teme también Kerry Senior, secretario general del ICT (Consejo Internacional de Curtidores), respecto del cuero. Aquí también, la guerra comercial no es bienvenida para las cadenas de suministro globales que están estrechamente interconectadas, especialmente en la ruta EE.UU.-China, y que ya luchan con una demanda débil.

Fábricada de calzado en Italia.

Asimismo existe preocupación en la Unión Europea, el Reino Unido y otros países por el hecho de que los productos chinos ya no se exporten a EE.UU. Como dice Xi Jinping, presidente de China, “nadie gana en una guerra comercial”.
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La Conceria / CueroAmérica

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