La industria portuguesa del calzado está dando pasos decisivos para consolidarse como una de las más avanzadas y competitivas del mundo. Con una estrategia que combina automatización, digitalización y sostenibilidad, el sector busca reforzar su posición internacional y responder a los desafíos de una industria global en constante transformación. En el centro de este movimiento se encuentra el proyecto FAIST, liderado por Carité y coordinado por el Centro Tecnológico del Calzado de Portugal (CTCP), que agrupa a 45 empresas copromotoras, con competencias multidisciplinarias y un presupuesto de 50 millones de euros financiados en el marco del Programa de Recuperación y Resiliencia (PRR).

Los resultados finales de este proyecto se presentarán públicamente en la conferencia “Bienvenidos a la Industria del Futuro”, que se celebrará los días 18 y 19 de noviembre en Oporto.

El objetivo del proyecto es desarrollar 34 productos tecnológicos innovadores que eleven la competitividad del sector portugués y consoliden su reputación como productor de calzado de alta calidad. Entre las principales líneas de trabajo destacan la creación de islas de automatización, estaciones de trabajo robotizadas y plataformas digitales que integren los procesos de la cadena productiva. También se prevén talleres piloto para validar nuevas tecnologías de reciclaje, tratamiento de residuos y fabricación de herramientas que favorezcan la eficiencia. Estas iniciativas no solo buscan optimizar la productividad, sino también mejorar la sostenibilidad, un pilar clave del plan estratégico para los próximos años.

El consorcio ha logrado reunir a universidades, centros de investigación, politécnicos y empresas para crear un ecosistema de innovación que sirva como motor del cambio. La colaboración con centros de interfaz tecnológica permitirá instalar líneas de producción automatizadas y robóticas en empresas de demostración que funcionarán como espacios de experimentación y capacitación. Este esquema pretende acelerar la transferencia de conocimiento y asegurar que las empresas del calzado puedan adaptarse con rapidez a los nuevos paradigmas del mercado global.

Luís Onofre, presidente de APICCAPS.

El presidente de APICCAPS, Luís Onofre, recordó que la industria portuguesa siempre ha tenido como objetivo convertirse en un referente internacional. “Ahora es el momento de prepararnos para una nueva década de crecimiento reforzando competencias, acelerando la integración de nuevos profesionales e incrementando la inversión en I+D+i”, señaló. En esta línea, el sector proyecta una inversión de € 600 millones hasta 2030, que ya cuenta con dos grandes proyectos en marcha: Bioshoes4ll, con 89 millones destinados a sostenibilidad, y FAIST, con 60 millones orientados a la digitalización y automatización.

En 2024, Portugal produjo 80 millones de pares de calzado, exportando el 90% de su producción a 170 países, lo que generó 2.220 millones de euros en ventas. El precio medio de exportación alcanzó los € 25,91 por par, reflejo de un posicionamiento en los segmentos de mayor valor agregado. Alemania, Francia y Países Bajos se consolidaron como los principales destinos, concentrando alrededor del 80% de los clientes europeos. Sin embargo, el mercado estadounidense ha mostrado el dinamismo más destacado, con exportaciones superiores a los € 90 millones y un crecimiento del 109% en la última década.

La especialización en calzado de cuero sigue siendo el motor del sector, representando el 83% de las exportaciones, aunque otros segmentos también registran un aumento progresivo. La calidad de la producción, la flexibilidad en la respuesta y la excelencia en el servicio son las principales ventajas competitivas que han permitido un crecimiento del 13,9% desde 2020 y una contribución superior a los € 1.003 millones a la balanza comercial en 2024.

Para Florbela Silva, directora de la Unidad de Innovación y Fabricación Digital del CTCP, el reto inmediato es escalar la producción sin perder la eficiencia que caracteriza a las empresas portuguesas. “Si ya somos reconocidos por nuestra capacidad de innovación y de atender pedidos pequeños con rapidez, ahora necesitamos optimizar los procesos para producir a mayor escala, con líneas modulares y automatización avanzada”, explicó. Además, destacó que se ha invertido en el desarrollo de equipos y tecnologías propias, sustituyendo importaciones y fortaleciendo la capacidad local de fabricación, lo que otorga al país mayor autonomía tecnológica.

Fabrica Kyaia en Paredes de Coura, Portugal.

El sector no solo busca eficiencia industrial, sino también sostenibilidad. La inversión en bioeconomía, que alcanzó los € 80 millones en 2024, apunta a posicionar a Portugal como referente en soluciones respetuosas con el medio ambiente. El proyecto Bioshoes4ll, en particular, se centra en desarrollar materiales alternativos, procesos de reciclaje y modelos de producción circular, en sintonía con las exigencias internacionales y las demandas de los consumidores.

Con este ambicioso plan estratégico, la industria portuguesa del calzado se encamina hacia una década marcada por la innovación, la sostenibilidad y la digitalización. El sector está preparado para aprovechar su experiencia acumulada, su red internacional de clientes y su capacidad de respuesta ágil para seguir creciendo en los mercados más exigentes. Portugal no solo consolida su lugar entre los diez mayores exportadores mundiales de calzado, sino que se proyecta como un laboratorio de referencia para el futuro de la industria global.
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APICCAPS / CueroAmérica

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